El de hoy es un articulo que surge como respuesta a una entrada, en un blog, de un distribuidor de ERP genérico. Eran unas líneas que hablaban sobre las razones para elegir un ERP. Enumeraba las ventajas competitivas, como el aumento de la productividad, la optimización de los procesos, etc… Es decir, sobre la gran inversión que supone apostar por un gran ERP que de respuesta a las necesidades de la empresa. Hasta ahí, totalmente de acuerdo con ellos. De hecho, ya os hemos hablado en otra ocasión sobre ello (¿Cuándo ha llegado el momento de cambiar de ERP?).
El problema surge cuando insertan una idea que contradice todo lo que han expuesto anteriormente. La frase dice que no es necesario pasar horas viendo tutoriales. Lo cual me imagino que implica que tampoco será necesario formación. Entonces, ¿cómo pretenden que los usuarios saquen el máximo rendimiento a su ERP?
Está claro que hacer albaranes, facturas, y crear remesas no implica más que algún rato para dominarlo, pero, de verdad, ¿se hace una fuerte inversión para quedarse en crear los mínimos procesos? Podemos asegurar que la frustración está asegurada.
No se trata de utilizar un sistema que tenga más posibilidades de las que necesitamos, o podamos necesitar. El objetivo es utilizar el ERP adecuado a nuestro trabajo (sin perder de vista una progresión futura). Un ERP que ofrezca un recorrido en el sector, con los conocimientos necesarios. Debe ser una herramienta contrastada en otros Concesionarios y, ese es el quid de la cuestión, que el usuario pueda sacarle todo el rendimiento. Y para eso, son necesarias las formaciones. Todo el tiempo invertido en el aprendizaje será una garantía para el éxito.
Cuando se pone en marcha un ERP, necesitamos ir conociendo poco a poco sus posibilidades. Y esto se tiene que hacer partiendo de una base sólida y bien fundamentada. Es vital una formación estructurada, realizada en coordinación con todos los departamentos. De otra manera, la sensación que se tendrá será desoladora, pues el cambio entre el sistema antiguo y el nuevo no existirá, haciendo sentir que el dinero invertido no ha supuesto mucha mejora.
Un ERP como nuestro Ecosistema de Soluciones Tempus ofrece unas posibilidades muy extensas para conseguir el máximo control sobre la productividad de las actividades que se desarrollan en un Concesionario de Maquinaria Agrícola. Además, existen muchos interfaces desarrollados para las marcas, que automatizan tareas de trabajo muy costosas. Y aunque el Ecosistema se ha creado para que sea lo más intuitivo posible, es indudable que se necesita un apoyo para ir conociéndolo y perdiendo el miedo a equivocarse o probar.
Un ERP debe tener varias funciones primordiales:
- Ahorro de tiempo, al automatizar procesos.
- Ahorro de dinero, al ofrecer el máximo conocimiento económico/financiero.
- Disminución de las posibilidades de error, al usar los interfaces de los fabricantes.
Ninguna de estas tres premisas se cumplirá si no existe una formación previa a la puesta en marcha y, posteriormente, cursos de refuerzo y ampliación.
Por eso, cuando una empresa invierte en un ERP, lo hace con la ilusión de crecer, de sentir que debe conocer cómo es por dentro. Y debe hacerlo de la mano de una nueva forma de trabajo, ser conscientes que van a aprender nuevas operatorias, que van a necesitar depurar y mejorar la información que manejaban. En definitiva, un cambio de paradigma. La misión de Tempus informática es facilitar a la Concesión la mayor formación posible para que, desde el minuto 1, comiencen a sentir los beneficios del cambio.
Da igual que hablemos de una pequeña empresa o de un concesionario con muchos centros. Todos necesitan conocer en profundidad la herramienta que gestiona y ayuda su negocio. Es indispensable. No dominar partes de un ERP equivale a dejar sombras, con el riesgo que tiene el desconocimiento.
Por eso, cuando inviertan en un ERP, sean conscientes que el proceso implica un aprendizaje, un desarrollo. Exijan una buena formación, su negocio lo merece.